domingo, 20 de febrero de 2011

El síndrome del despido interior


Buenos Aires, 18 de febrero de 2011
El síndrome del despido interior: el agobio de estar presente pero a la vez sentirse ausente Muchas veces, los empleados están físicamente en el trabajo pero, en el fondo, lejos de involucrarse con sus tareas y tomar un rol proactivo en la empresa. Llegar a este punto es todo un proceso, que conlleva falta de motivación, desinterés y sensación de "dejarse estar". ¿Existe una solución?
Por Alicia Vidal
El concepto de "despido interior" fue desarrollado por Lotfi El -Ghandouri en un libro referido específicamente a esta temática. Este analista podría considerarse como un ciudadano del mundo: nació en Túnez, vivió en Francia cuando era chico y luego estudio en Canadá y Bélgica.
Sin embargo, su mirada va más allá del management tradicional. El experto busca estar en sintonía con las nuevas prácticas del gerenciamiento y es así como se hace eco de un fenómeno que se ve en muchas empresas y que, dependiendo delos pasos que se den, tiene solución.
La sensación de despido interior tiene que ver con una actitud de desgano hacia el trabajo, hacia la empresa. Lleva a generar una percepción de indiferencia y a la pérdida del compromiso. Supone estar pendientes solamente del reloj que marca la hora de salida.
Es decir, hay una sensación de encarcelamiento que pasa más por el mundo interior que por la situación externa.
"El despido interior es el resultado final de un largo y complejo proceso de vivencias negativas en el trabajo, el empleado se distancia de sus funciones, sin llamar la atención y pasando inadvertido, evitando conflictos".
También existe una sensación de rendición, hay desmotivación y las causales pueden ser diversas pero todas conducen a la insatisfacción y a la inacción.
Así, la frustración puede llegar por un conflicto con un compañero de trabajo, por dificultades con el jefe, por el aburrimiento con las tareas asignadas o por una combinación de varias cuestiones.
La visión de los expertos
"Muchas veces, cuando uno está en una empresa y no está conforme con determinadas situaciones, que no puede arreglar, renuncia", aseveró el experto en la materia Harry Campos Cervera, y destacó las dificultades para salirse de la situación: "Cuando el stress no ofrece salida, se entra en un estado de abandono"."Llega un momento en el cual a la persona ya no le importa nada: parece darle lo mismo que la echen, se deja estar, no propone nada más".
Indudablemente, esto va generando una situación conflictiva con el entorno y repercute en el clima y la productividad laboral.
Para el analista, se genera un efecto en cascada, que no es nada positivo. El desgano gana y falta el compromiso. Reina la ausencia de toma de decisiones y la apatía se adueña del espacio de trabajo. No siempre genera un contagio pero al menos se produce un enrarecimiento del clima en la compañía.
Al respecto, la experta Olga Cartañá, psicóloga especializada en psicoanálisis y sociedad,aseguró que "el fenómeno de la desmotivación es algo que se puede percibir por parte de la institución y, por lo general, se genera de a poco".
"Primero se tienen expectativas con el trabajo, luego se considera que es factible conseguir los objetivos y si eso no se da se produce una sensación de malestar que va provocando un alejamiento", remarcó.Según Cartañá esta problemática no es solamente un tema individual sino que debe ser abordado también institucionalmente . "Hay que ver en qué medida hay jefes distantes o controladores, y se debe evaluar hasta dónde se cumplen las metas de la gente".
De acuerdo con Lotfi, se puede considerar que, en verdad, se trata de un recorrido. "El despido interior es un proceso de caída en escalera, donde se necesitan pocos pasos para pasar de la entrega a la resignación."
A veces, en cada etapa, se pueden dar grados diferenciales de satisfacción temporal, pero luego parece sobrevenir una decepción que ubica a la persona en un escalón más abajo. De esta forma, se puede ir generando una brecha importante entre lo que se quiere y lo que se recibe......
La cimentación sobre esta base será más sólida que la vivida y augura mejores horizontes, al menos así lo afirma este especialista que pregona no quedarse restringido al "happy hour" sino vivir de lleno en una "happy life".No por nada este autor fue más lejos en otra obra titulada "Te atreves". Allí plantea un aliciente para los que quedan paralizados: "¿Cómo podemos estar seguros de que lo que tenemos es lo mejor si nunca hemos vivido otra cosa?"(extracto de art).http://management.iprofesional.com/notas/111837-El-sndrome-del-despido-interior-el-agobio-de-estar-presente-pero-a-la-vez-sentirse-ausente-

sábado, 5 de febrero de 2011

El 25% de los argentinos se automedica con ayuda de Internet


poderosos psicofarmacos de facil acceso en la web
El 25% de los argentinos se automedica con ayuda de InternetSegún un informe de la Cámara de Farmacéuticos de la provincia de Buenos Aires, cada vez más personas le otorgan mayor autoridad a un vecino o pariente que al médico, y muchas otras buscan tratamientos en Internet. Las estadísticas también revelan que uno de cada cuatro argentinos se automedica. Lo que más preocupa es el consumo, sin el consejo de un profesional, de poderosos psicofármacos, que pueden obtenerse en sitios pirata de la Web sin ningún problema. En ese marco, un polémico amparo judicial permite a los kioscos de Buenos Aires volver a vender medicamentos.
Por Agustina Grasso
“Es un error medicar los sentimientos sin prescripción médica. Se debe consultar a un profesional que tratará el origen del problema y de ser muy necesario, le recetará psicofármacos”, explicó en detalle María Teresa Calabrese, miembro titular de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA). La automedicación no es un problema que sólo incumbe a esta joven, según datos del Colegio de Farmacéuticos de la provincia de Buenos Aires, cada vez más gente toma este hábito: uno de cada cuatro argentinos consume fármacos sin la recomendación de un profesional. Familiares, compañeros de trabajo, vecinos, entrenadores personales y amigos parecen tener más autoridad que un médico a la hora de aconsejar cualquier remedio.

Según los datos preliminares de un estudio que está realizando el Centro Provincial de Referencia en Toxicología, más del 70% de los encuestados aceptó haber consumido medicamentos por consejo de innumerables personas que no tienen estudios del tema. A esta clase de pacientes, el remedio puede llegarles a costar más caro que la propia enfermedad: los datos oficiales del Ministerio de Salud de la Nación indican que en los últimos años se detectaron en todo el país entre 206 y 281 muertes al año, a causa de envenenamientos accidentales con sustancias tóxicas.

Sin embargo, la facturación de la industria farmacéutica sigue en aumento. En 2010, a partir de un estudio del Instituto de Estadística y Censos (Indec), se registró un aumento del 21,7% del mercado. Dentro del mismo, existen tres grandes grupos: medicamentos de venta libre –cuyas ventas crecieron un 12% el último año–, los psicofármacos –con un 8% más en su comercialización–, y el de los medicamentos de venta bajo receta, con un 8,30% más de consumo de unidades que años anteriores. Los datos fueron otorgados por la consultora IMS Health.

PERFIL entrevistó a profesionales de distintas ramas de la salud acerca de las razones que conllevan a dicho crecimiento y las acusaciones apuntaron a diversos actores que, en conjunto, posibilitan la situación.

“El sistema de salud está colapsado y uno no va a ir a una guardia por un aislado dolor de cabeza”, planteó Néstor Luciani, presidente del Colegio de Farmacéuticos de la provincia de Buenos Aires, quien también culpó a la cantidad desmesurada de publicidad de medicamentos que fomentan el consumo irracional. “De manera que cuando se acceda a alguno, sea por consejo de un profesional y no como si fuera una golosina”, indicó Luciani. Pero la cadena de factores no se termina allí: “Tiene que ver con el stress que tiene la gente y con el poco tiempo con el que cuenta el médico para atender a un paciente y establecer una relación. Se prescriben medicamentos que podrían evitarse con una dieta adecuada o con alguna actividad física”, completó la psiquiatra y profesora de la UBA, Lía Ricón. Además, la profesional acusa el bajo nivel de información de la ciudadanía en relación con los efectos adversos o peligros de adulteración de medicamentos, y la falta de lectura de los prospectos.

Si bien esta clase de fármacos se adquieren sin prescripción médica, su consumo abusivo puede acarrear, a largo plazo, contraindicaciones y efectos secundarios. Existen entre 3 mil y 4 mil productos y los que más se venden son los analgésicos y antiinflamatorios (Actron, Bayaspirina, Ibupirac, Tafirol, Ibuevanol), después les siguen los antiespasmódicos y digestivos (Uvasal, Alical y Buscapina), los productos para las vías respiratorias y, por último, los dermatológicos y colirios.

Los psicofármacos. El problema se centra, tal como manifiesta María Teresa Calabrese, en que pueden provocar adicciones de las que no es fácil liberarse y su abrupta suspensión provoca abstinencia: “Tengo pacientes que se tratan desde hace varios años y que mejoraron mucho, pero no dejan el Rivotril, tienen una dependencia como si fuera placebo. Peor cuando hacen cócteles explosivos de sedantes con alcohol, que se reconoce como forma de inicio en el uso indebido de drogas entre adolescentes”.
De todas maneras, cualquier individuo puede ser afectado, pero son más vulnerables los niños, ancianos y las mujeres gestantes. Además, existe otra cuestión que es importante destacar y que implica el rol de los profesionales: “Hay más médicos clínicos que psiquiatras que recetan psicofármacos. No sólo esto no debería pasar, sino que no se puede medicar a alguien en la primera consulta”, detalló Calabrese. Aunque varias personas que consumen esta clase de drogas confesaron a PERFIL que en la primera consulta ya fueron medicados. Otro caso muy común es el de las pastillas para el insomnio, que mucha gente “se las toma como si fueran caramelos”.
Remedios con receta. Otra cuestión importante, como explica Carlos Antar de APA, “hay personas a quienes concurrir a un profesional de la salud les genera un cuadro de angustia. Encubren temores intensos a que les encuentren alguna enfermedad grave y con la automedicación se sienten más seguros”.
Los kioscos vuelven a vender fármacos
“Dame diez caramelos, dos blister de aspirinas, tres tiras de Ibuevanol y un paquete de cigarrillos”. Esta frase parecía haber quedado en el olvido por la ley, aprobada en noviembre de 2009, que deroga el Decreto 2.284 de 1991 y prohíbe la comercialización de medicamentos de venta libre en kioscos, almacenes y supermercados.
“El expendio de fármacos en comercios dedicados a alimentación, cosmética, esparcimiento o en la vía pública colabora con el fomento de la automedicación”, acusó Ana Girardelli del servicio de Toxicología del Hospital Interzonal de Agudos de La Plata.
A modo de ejemplo, en los últimos meses algunas cadenas de farmacias
quitaron los medicamentos de venta libre de las góndolas y el efecto fue inmediato: las ventas llegaron a bajar un 60%, según testimonios que empleados le brindaron a este medio.(extractado de art) http://www.diarioperfil.com.ar/edimp/0544/articulo.php?art=26957&ed=0544