martes, 6 de noviembre de 2012

El miedo a quedarse sola

El miedo a quedarse sola

01 de noviembre de 2012                                                                                                                           Dilatar la decisión de separarse de una pareja puede convertirse en un padecimiento innecesario
"No va más". Tres palabras concretas, secas, demoledoras… Pero muy difíciles de pronunciar. Muchas tal vez las piensan todos los días pero tardan años en poder decirlas. Y a algunas mujeres, en la decisión se les pasa la vida.
“Con Damián teníamos el proyecto de formar una familia. O por lo menos, yo lo tenía. Cada vez que me daba cuenta de que ya no había pasión, lo minimizaba. Pasaron años, y finalmente cuando nos separamos, no habíamos concretado nada de lo que nos habíamos propuesto”, cuenta Eliana (34), periodista. Su historia es mucho más común de lo que parece. Negar es un mecanismo de defensa y una buena manera de no sentir que se fracasa.
Para Laura Orsi, psicoanalista, miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), “todos tenemos miedo a romper: la cuestión es cómo lo resolvemos y cuánto nos paraliza. La sensación de fracaso que algunos sienten tiene que ver con la pérdida de proyectos e ilusiones compartidos. El gran tema es cómo seguir adelante con la vida y el trabajo”, asegura.
Es que terminar con una pareja no sólo implica ponerle fin a una relación sentimental, también supone abandonar rutinas, cambiar de situación económica, mudarse y un montón de etcéteras incómodos. Todo, una excusa perfecta para seguir sosteniendo lo insostenible.

“Poner los chicos, la casa o la familia por delante del sentimiento íntimo de una pareja no sirve para nadie. Es preferible papás separados y felices que dos fieras juntas discutiendo o ignorándose permanentemente”, asegura el doctor Horacio Serebrinsky, terapeuta familiar y director del Escuela Sistémica Argentina.

El reloj de la pareja
Los mandatos sociales también contribuyen. Conocer a alguien-casarse-tener hijos es una trilogía que a veces pesa más en la cabeza de las mujeres que en la de los hombres. La razón es cruel: estamos atadas a nuestros propios ciclos biológicos, mucho más finitos que los de los hombres.

“Las mujeres son más precavidas a la hora de romper, sobre todo cuando están lanzadas a realizar un proyecto de maternidad”, explica Eduardo Drucaroff, miembro de APA. “Son más pacientes y contenedoras de la situación que los varones”, coincide Serebrinsky. No es lo mismo romper a los 20 que a los 35, con el tic tac del reloj biológico sonando detrás de la oreja.

La vida contemporánea tampoco ayuda. Hoy, las aspiraciones profesionales de las mujeres son mucho más fuertes que las que tenían sus madres y abuelas. La maternidad suele postergarse y cuando se siente la necesidad, muchas veces la pareja no atraviesa su mejor momento.....
La pasión todo lo cura, pero, ¿qué pasa cuando sucede al revés? “La separación es traumática, pero vivir una relación sin vida puede ser peor”, diagnostica Orsi. Perdemos un tiempo y una energía vitales para encarar otra relación que sí funcione. Nos exponemos a desilusiones que dificultan recuperarse de la ruptura.....
“Cortar a tiempo es aconsejable, pero tampoco es sencillo distinguir ese ‘a tiempo’ de la falta de compromiso, en una sociedad en la que todo parece descartable. Por otra parte, hacer la propia experiencia es necesario, aunque se intuya que al final va a ser fallido”, opina Drucaroff. El camino puede ser más largo o más corto, pero nunca está libre de lágrimas. Nadie dijo que encontrar al príncipe azul fuera fácil. ( extractado de )http://www.derf.com.ar/despachos.asp?cod_des=517680&ID_Seccion=54
http://www.entremujeres.com/pareja-y-sexo/pareja/separacion-divorcio-pareja-sola-soltera-miedo-mujer-hombres-peleas-clarin_mujer_0_794920506.html










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