jueves, 24 de diciembre de 2009

Fiestas de fin de año, cotillón de emociones


Fiestas de fin de año, cotillón de emociones

Los especialistas revalorizan la importancia de reforzar los vínculos afectivos y los lazos sociales. Pero también señalan que para algunas personas los festejos se convierten en una "verdadera pesadilla".
Las Fiestas causan varios estados anímicos que tienen múltiples desencadenantes de acuerdo a las expectativas y vivencias de cada persona, afirman los profesionales.

Neuquén > En estas horas previas a las Fiestas de fin de año, la alegría, la nostalgia, la esperanza, la ternura, el dolor y la angustia “hacen su gran despliegue convulsionando a la gente”, sostuvo Mónica Cruppi, licenciada en Psicología e investigadora de temas de pareja y familia.
En estas horas en que el amor se pone de manifiesto como en ninguna otra época del año surge la necesidad de encontrarse con los amigos, reconciliarse con los que se está enemistado y recordar a los seres queridos que ya no están a nuestro lado. Sin embargo, para muchos de los mortales, las Fiestas de fin de año lejos de ser una celebración se convierten en “una verdadera pesadilla”, advirtió Cruppi. “Suelen causar diversos estados anímicos que tienen múltiples desencadenantes de acuerdo a las expectativas y vivencias de cada uno”, agregó.
A la hora de describir los estados anímicos, la especialista subrayó que aparecen con más frecuencia “la ausencia de los que no están” para compartir estas celebraciones “que provoca un estado de nostalgia pasajero y en otros de tristeza por las pérdidas”. También los conflictos familiares que no desaparecen porque vienen las Fiestas sino que en muchas ocasiones “los vemos emerger con más fuerza, representados en rivalidades, celos, envidias, broncas, desprecio, es decir se despliega todo un abanico afectivo negativo entre algunos miembros de la familia”, puntualizó. Por último, Cruppi resaltó los conflictos en la pareja que “generan una verdadera lucha por el poder por dónde pasar las Fiestas, decidir con quién, en casa de quién se va a cenar, todo esto puede ser motivo de discusión para una pareja o cuando la familia se inmiscuye demasiado en la vida de ésta”.

Importancia de los vínculos
Para Laura Orsi, médica psicoanalista y coautora del libro “Psicoanálisis y Sociedad”, las Fiestas son generadoras de una gran expectativa e ilusión. “Estos sentimientos surgen ya desde los preparativos ya que para algunos es importante reunirse con la familia o con amigos; pero a veces esto es una gran odisea. Es posible que se agudicen los sentimientos de soledad y de angustia (depresión y ataques de pánico), ya que cuando termina el año, es tiempo de balances, de proyectos, sueños e ilusiones”, explicó Orsi.
Destacó que por la gran crisis de confianza e incertidumbre que se vivió este año es conveniente revalorizar la importancia de los vínculos afectivos, de los lazos sociales “como sistema de red de contención frente a la inseguridad del futuro y la adversidad y refugiarse en ellos para combatir el malestar, la soledad y la exclusión".

Tiempo de balance y de metas

Neuquén > Muchas personas llegan a este último tramo del año realizando un balance y, en algunos casos, dicen los especialistas, este recuento es atravesado “con un alto nivel de angustia que genera estados depresivos”, comentó Cruppi. “Cuando las metas no se cumplen hay quienes se sienten muy frustrados muchas veces son sujetos con un alto nivel de exigencia. En esta época del año aumentan las consultas al psicoanalista porque las Fiestas a veces conectan con planteos existenciales profundos”, precisó.
Por su parte, Hugo Litvinoff, de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), comentó que por estos días en el consultorio los argentinos expresan sus expectativas para el próximo año pero eso depende “de cómo le haya ido en el año que termina y otro poco de la personalidad de cada uno”. Litvinoff explicó que “lo nuevo es siempre un desafío que pone en juego la capacidad de respuesta. Tampoco hay que olvidar que vivimos en un mundo en constante cambio y crisis, y las noticias que cada día nos ofrecen los diarios asustan hasta al más optimista. Por eso, la tendencia es tener una actitud prevenida hacia 2010 al vigilar atentamente lo poco o mucho que se ha conseguido. Con todo, hay quienes confían en sus afectos y en su capacidad de trabajo, y eso les permite brindar con una sonrisa no fingida”. Desde el punto de vista emocional, el psicoanalista indicó que “quien pone el acento en lo hecho llega a estas Fiestas con una mayor sensación de satisfacción”, mientras que aquellos que se quedan pensando en todo lo que no pudieron lograr “sienten que el año ha pasado muy rápido, que la Navidad se les vino encima y que todavía les queda todo por hacer”. http://www.lmneuquen.com.ar/noticias/2009/12/24/50111.php-

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